
El poder de amortiguación de un suelo representa la capacidad que tiene un suelo de inactivar los efectos negativos de los contaminantes. Esta beneficiosa acción se puede ejercer por varios mecanismos:
- Neutralización
- Degradación biótica o abiótica
- Adsorción
- Complejización
- Insolubilización
La capacidad depuradora depende fundamentalmente de determinadas características de los horizontes superficiales:
- La actividad microbiológica, que facilita la descomposición e inmovilización de los contaminantes.
- La arcilla y la materia orgánica que mediante reacciones físicoquímicas adsorben a los contaminantes y permiten su inmovilización o liberación.
- La capacidad filtrante, que va a regular la facilidad de penetración de los contaminantes.
Estas acciones dependeran de determinadas propiedades del suelo que influyen en los mecanismos de autodepuración:
- Textura. Los suelos de textura arcillosa tienen una alta capacidad de autodepuración.
- Estructura. Los agentes contaminantes pueden provocar la destrucción de la estructura, por dispersión, si contienen altos contenidos en sodio.
- Porosidad y permeabilidad. Facilitan la circulación de los contaminantes en el suelo y pueden eliminar rápidamente los contaminantes y traspasarlos a los niveles freáticos.
- Capacidad de cambio iónico. Aumenta la capacidad de autodepuración al fijar los contaminantes sobre la superficie de las particulas.
- Salinidad. Los contaminantes pueden aumentar la salinidad y como consecuencia disminuir la estabilidad del suelo.
- pH. Los contaminantes pueden acidificar el suelo, por vertidos o por oxidación de sulfuros y oxidos nitrosos, con lo que aumenta la vulnerabilidad del suelo.
- Eh. El ambiente oxidante aumenta el poder autodepurador al facilitar la actividad microbiana de descomposición.
- Los gases del suelo ejercen también un importante papel, proporcionando el suficiente oxígeno para la actividad microbiana.


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