martes, 14 de enero de 2014

El Suelo Como Almacenador de Agua


La fase líquida del suelo está constituida por el agua y las soluciones del suelo. El agua procede de la atmósfera (lluvia, nieve, granizo, humedad atmosférica).Otras fuentes son infiltraciones laterales, capas freáticas etc...Las soluciones del suelo proceden de la alteración de los minerales y de la materia orgánica. El agua ejerce importantes acciones, tanto para la formación del suelo (interviene decisivamente en la meteorización física y química, y translocación de sustancias) como desde el punto de la fertilidad. Su importancia es tal que la popular sentencia "Donde no hay agua, no hay vida" 




El Ciclo Hidrológico 

Es el proceso de circulación del agua  entre los distintos compartimentos de la hidrósfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que hay una intervención mínima de reacciones químicas, y el agua solamente se traslada de unos lugares a otros o cambia de estado físico. El agua de la hidrósfera procede de la desfragmentación del metano, donde tiene una presencia significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede reincorporarse al manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando éstos acompañan a la litósfera. La mayor parte de la masa del agua se encuentra en forma líquida, sobre todo en los océanos y mares y en menor medida en forma de agua subterránea o de agua superficial (en ríos y arroyos). El segundo compartimento por su importancia es el del agua acumulada como hielo sobre todo en los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña de los glaciares de montaña, sobre todo de las latitudes altas y medias, y de la banquisa. Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera como vapor o, en estado gaseoso, como nubes. Esta fracción atmosférica es sin embargo muy importante para el intercambio entre compartimentos y para la circulación horizontal del agua, de manera que sea seguro un suministro permanente a las regiones de la superficie continental alejadas de los depósitos principales.


Contenidos de Agua en el Suelo.

La propiedad del suelo directamente relacionada con el área superficial de las partículas es la textura o distribución de las partículas minerales según su tamaño. Conociendo la textura se pueden conocer muchas de las propiedades hídricas de los suelos. Además la textura es una propiedad muy estable en los suelos, mientras que la estructura y la cantidad y tipo de materia orgánica, que también influyen en las propiedades hídricas, son propiedades que pueden variar a corto y medio plazo (lluvias intensas, cambios en la vegetación, puesta en cultivo de los suelos).Se puede generalizar afirmando que: 

1) cuanto mayor es el tamaño de las partículas más rápida  es la infiltración y menor es el agua retenida por los suelos(los suelos arenosos son más permeables y retienen menos agua que los arcillosos.

 2) los suelos con buena estructura tienen mayor velocidad de infiltración que los compactados.

3) el mayor contenido en materia orgánica aumenta el agua retenida por el suelo.

4) como es lógico, a mayor espesor del suelo mayor capacidad de retener agua. Como hemos comentado antes, la textura y las propiedades hídricas de un suelo están muy relacionadas, por lo que se puede atribuir a cada tipo de textura un determinado comportamiento hídrico hay agua, no hay suelos"


Humedad del Suelo.

 Como ya hemos visto el contenido de agua del suelo experimenta variaciones continuas a lo largo del tiempo. Recibe agua de las lluvias o por riego, mientras que la pierde por escorrentía superficial y por drenaje a las capas profundas. A estas pérdidas ya comentadas hay que sumar la evapotranspiración, término en el que se incluyen las pérdidas producidas por la evaporación directa desde la superficie del terreno más el agua evaporada desde la superficie de las plantas (transpiración). En la naturaleza, estas entradas y salidas de agua producen cambios continuos en la humedad del suelo. Cuando todos los poros se encuentran llenos de agua, como ocurre después de unas lluvias abundantes, nos encontramos en el nivel de saturación, que puede afectar a una capa más o menos profunda de suelo. Pero ya vimos que el agua que ocupa los poros más grandes (macroporos) drena hacia las capas inferiores de una forma más o menos rápida dependiendo de la permeabilidad del suelo. Una vez producida esta infiltración como mucho en unos pocos días nos encontramos en un nivel de humedad denominado capacidad de campo, que se corresponde con la máxima cantidad de agua que puede retener el suelo después de haber drenado el agua gravitacional. En este momento los macroporos se encuentran ocupados por aire y los microporos por agua. (El término capacidad de campo, tradicionalmente utilizado por los edafólogos, es equivalente al de capacidad de retención de agua‖ que utilizamos anteriormente cuando hablamos de los tipos de agua del suelo).

Si no se producen nuevos aportes de agua, el suelo continúa perdiendo humedad por evapotranspiración, de forma más rápida cuanto más elevadas sean las temperaturas. Las plantas van absorbiendo el agua capilar retenida en los microporos y la van perdiendo por evaporación a través de sus hojas. Conforme va descendiendo la humedad en el suelo la absorción de agua se va realizando con más dificultad y las plantas comienzan a sufrir un déficit de agua. En muchos casos se produce un marchitamiento durante las horas más calurosas, recuperándose la turgencia durante la noche. Cuando ya no pueden absorber más agua del suelo se presenta el marchitamiento permanente. A este nivel de humedad del suelo se le conoce como punto de marchitamiento y se alcanza cuando el suelo ha perdido toda el agua denominada capilar, que puede ser absorbida por las plantas, y sólo queda el agua ligada, tan fuertemente adherida a las partículas del suelo que no puede ser absorbida. En consecuencia, se considera que el agua disponible (o agua útil) para las plantas es la que se encuentra entre los niveles de capacidad de campo (aguacapilar + agua ligada) y el punto de marchitamiento (agua ligada). Las plantas también pueden absorber el agua entre la saturación y la capacidad de campo (agua gravitacional), la cual se encuentra retenida con muy poca fuerza por el suelo, pero al drenar rápidamente está disponible durante poco tiempo.



Cuando existen problemas de permeabilidad en el suelo, y el agua no drena fácilmente, la falta de aire en la zona de las raíces limita el crecimiento de la mayoría de las plantas aunque el agua esté fácilmente disponible. En general el máximo crecimiento se produce cuando la humedad del suelo está cercana a la capacidad de campo. En este caso las plantas se encuentran con oxígeno suficiente y con agua retenida con poca fuerza por el suelo, por lo que el agua es absorbida rápidamente

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